martes, 19 de mayo de 2009

Relato: Empezo Violandome

Empezo Violandome
Creo que ya no recuerdo el momento en que la palabra sexo despertó en mí algo especial, algo que sinceramente no podría explicar, ya que envuelve un sin fin de deseos, actos y fantasías exóticas. Son tan reales que se confunde mi razón, no se si las viví o sólo son deseos carnales que envuelven mi cuerpo con tanto ímpetu que me ahoga, siento que mi cuerpo quiere explotar y empezar a sentir esas exquisitas sensaciones de placer. Me describo como una mujer de 29 años, apasionada, con la bendición de tener pechos grandes, labios gruesos, sensual y como la mayoría de los hombres desea, soy una mujer candente.

Caminaba, como de costumbre lo hago, pensando en alguna historia para cuando llegara a mi casa poder escribir; voy pasando por una pequeña laguna que tiene varios matorrales alrededor y me doy cuenta que un hombre maduro, de aproximadamente 45 años, claro que se le notaba bien atlético por su porte y espalda ancha…estaba mirando hacia mí muy fijo, me sentí incómoda, pero la curiosidad me llevó hasta él, para preguntar que necesitaba…mientras yo más me acercaba, él también venía hacia a mí…le pregunté si quería hablar algo conmigo, esperando una respuesta ya conocida, él me dice sin responder a mi pregunta que me observaba todos los días cada vez que salía a caminar, sabía los horarios y el recorrido que hacía, me decía que me deseaba y que ya no resistía las ganas de tenerme, porque con mi mirada daba a relucir lo caliente que era…mientras me decía todo eso acariciaba su pene por encima del pantalón…

Me dio miedo ver en él esa reacción, pero tampoco puedo negar que la idea de ser deseada de esa forma entregó a mi cuerpo un calor inexplicable, sentir que no podía controlar esa situación, llevó a mi mente a lugares que jamás había conocido. Claro que jamás pensé que sólo mi mente era la única que iba a viajar.

Su mirada se fue transformando y al tiempo que se mordía los labios, me tomó de la cintura fuertemente, sentí como mi cuerpo chocaba con su tórax, tenía sentimientos encontrados, no sabía que hacer, estábamos en la calle, la gente pasaba, mi mente no quería, pero mi cuerpo era desconocido para mí en esos momentos, se estremecía, que vergüenza, quería arrancar pero mi cuerpo iba cada vez más cediendo ante este cruel ataque.

Agarró mi cabello con fuerza, dobló mi cabeza y empezó a besar y morder mi cuello, mientras me iba llevando poco a poco hacia los matorrales. Sentí una rigidez en mi clítoris y mi vagina empezó a latir, apretaba y soltaba preparándose para la embestida de la verga de aquél desconocido.

Mis pezones estaban cada vez más duros, él se dio cuenta y con su mano rodeo mis pechos y mordió apasionadamente. Mi cuerpo ya no pudo soportar lo que estaba sintiendo, iban a tomar mi cuerpo sin mi autorización mental, ya que físicamente yo ya me había entregado. Empecé a gemir sin censura, olvidando el lugar donde estábamos, me miraba y me decía que él sabía que yo gemía rico, que me miraba cada vez que pasaba y que lo único que quería era sentir mi olor, mi sabor y que yo debía de ser de él…Acercó su boca a la mía y el beso que me dio me llevó a un placer que jamás había sentido, esos labios ásperos y desconocidos me hacían sentir exquisito…ya no me entendía, mi cuerpo cedía y mi mente analizaba cada movimiento y sensación que mi cuerpo experimentaba…

No era nada de delicado, sus manos me apretaban fuerte como si quisiera estrujar mi cuerpo y me miraba con una desesperación que no puedo negar que me calentaba demasiado…la mezcla de miedo y placer me tenía poseída y sin habla…

Me ordenó que abriera las piernas, bajando con su lengua gruesa hasta mi tanguita corriéndola bruscamente para abrirse paso hasta mi orificio tramposo, ya que estaba preparado para ser degustado…sentía como lamía mi conchita, mi clítoris, su dedo entraba y salía de mí, mientras le agarraba fuerte su cabello para no gritar, la lujuria me tenía absorbida, ya que me apretaba fuerte con sus manos las piernas y me metía sin compasión sus garras y no sentía nada más que sólo placer…mis gemidos le estaban mostrando el camino hasta mi orgasmo pero él se levantó bruscamente, me agarró fuerte del cabello y me dijo que antes de llegar a cualquier lado debía comer su verga, que tenía que lamer como la puta que él se imaginaba que yo era y equivocado no estaba, ya que eso es lo que soy cuando deseo…

Agarrando mi cabello hizo que me agachara hasta su verga mientras él con la otra mano descubría su pene dejándolo libre para mí, no fue necesario hacer mucho ya que estaba duro para mí…me decía lame zorra, lame esta verga dura, cómetela toda ya que se que sabes…Esas palabras me hacían que apretara mis dientes y lo mirara con rabia, ya que nadie me manda…pero la fuerza con la que me sujetaba me excitaba a la vez y le tomé con fuerza su pico levantándolo para atrapar con mi boca una de sus bolas pasando después por la otra…se quejaba el bastardo y eso me ponía a mil, lamí desde la base hasta su capullo sin dejar de mirarlo fijamente y me metí lo que más pude hasta el fondo de mi garganta…me empujó fuerte hacia él y con mis manos en sus piernas traté de alejarlo un poco, lo saqué de mi boa para atrapar aire y abrí mi boca mirándolo para que se volviera a perder dentro, pero esta vez sin sacarlo comencé a masajearlo con mi garganta con movimientos cortitos y rápidos…Sus gemidos me gustaban y sus palabras duras aún más…que bien lo chupas zorra eran lo que retumbaba en mis oídos antes que me un movimiento me levantara y me dijera al oído susurrando que me lo iba a meter hasta el fondo.

No alcance a responder cuando me levantó las piernas hasta su cintura y apuntándolo hacía mi concha goteante, me lo clavó hasta que sentí sus bolas golpeando en mi culo, sentí como si me desgarrara por primera vez, pero lo quería dentro muy adentro y que no dejara de embutirme su carne…lo tomé del cuello para poder cabalgar ese poste que me estaba abriendo las entrañas, estaba ya desesperada y no me importaba nada más que sólo lo que ambos estábamos sintiendo…ahhhh…lo sentía chocar dentro mío de una manera brusca y deliciosa, su pelvis rozaba mi clítoris y su pene me taladraba una y otra vez sin parar…ahhh…ahhh….ahhhh …ohhh…gime perra me decía…ahhh…gime zorra y disfruta de mi pene…ahhh…esas palabras me calentaban demasiado…ahhh…que ya no pude más…mmm…ahhh…ahhh…ahhh…ahhh…que placer sentía acabando mientras él me devoraba los pechos desesperado…

Estaba ya extasiada y le dije que quería montarlo con mi culo, no me dijo nada y me desmontó de su pico tendiendo su chaqueta en el suelo y se recostó…me monté encima de él dándole la espalda tratando de meterme poco a poco todo ese pedazo de carne que mi conchita se había comido…él me abría el culito para poder entrar más y lubricaba con su saliva…me apoyé en su pecho y un enorme gemido llenó el ambiente cuando me agarró de la cintura y me apretó hacia él entrando completo dentro de mi culo…

Lo tenía todo dentro de mí y me gustaba el dolor mezclado con el placer que me producía, era verdad yo era su puta en ese momento, era su esclava que devoraba su pico deseosa de leche, me tendí sobre su pecho y con una mano apretaba mis pechos mientras que con la otra me acariciaba el clítoris…yo me movía desperada comiendo cada centímetro de su carne dura, nuestros movimientos se hicieron uno, yo sólo sentía lo que me otorgaba…lo que había empezado casi como una violación se había vuelto en una entrega mutua sin límites de satisfacción

Ya no podía aguantar más, su pene me destrozaba mi culo de una manera exquisita y cuando sentí como sus dedos entraron en mi conchita…ahhhh…ahhhh…ya no soporté más…me voy de nuevo…ammmm…no puedo más…ahhhh…vente conmigo…sus gemidos se acoplaron a los míos deliciosamente…ahhh….ahhh…ohhh…ohhhh….que rico siento tu pico…mmm…dame fuerte por el culo…ahhh…así rico, fuerte, rómpele el culo a esta puta…ahhh…clava tu verga en esta zorra golosa…ahhhh…ahhhh…ahhhh…
Ohhhh…ohhhhh….

Acabamos juntos era algo fuerte lo que sentía, no me salían las palabras y sólo miraba el cielo que había sido nuestro único testigo, ya que nadie pasó y si nos vieron pues no dijeron nada…estábamos extenuados tendidos en el suelo, gemíamos con la respiración entrecortada, la brisa refrescaba nuestros cuerpos sudados…

Me dijo que quería tenerme otra vez, le dije que no, que no me tendía, que sería yo la que lo tomaría de esclavo, que ahora él iba a ser mi puto…


Pero esa es otra historia…

0 comentarios:

Publicar un comentario

Hola, Se agradece no insultar, ni atacar. En los comentarios deberas Colocar el nombre de quien los formule, en caso contrario los comentarios seran rechazados... salu2 y que viva el porno ;)